sábado, 15 de agosto de 2009

Bucle Recursivo Tetracognitivo

Artículo Elaborado para ser publicado en el Blog Doctorado UNERG


Marlen González Díaz

Sección "C"

BUCLE RECURSIVO TETRACOGNITIVO

Partiendo del pensamiento de Morin donde plantea: “El conocimiento es solo conocimiento en tanto es organización, relación y contextualización de la información” (p.16)

El bucle tetralógico surge de las interacciones del desorden, de las desigualdades, de las turbulencias que provocan encuentros que constituyen nuestro mundo fenoménico; como se señaló anteriormente que el conocimiento requiere organización, la organización necesita principios de orden que intervengan a través de las interacciones que la constituyen.

Ahora bien cuanto mas se desarrolla la organización y el orden, mas complejo se vuelve, es aquí donde cobran valor los términos orden, organización, desorden, interacciones, donde se desarrollan y fortalecen todos estos elementos entre sí; razón por cual es preciso concebirlos en conjunto, es decir, como términos a la vez complementarios, concurrentes y antagónicas.

Después de pasearnos por todo este entramado logramos comprender que todo esto es un proceso de aprendizaje, que se desarrolla en el hemisferio derecho, al que corresponde la creatividad, la creación, lo abstracto. Mientras que el conocimiento marcado por el positivismo es dominado por el hemisferio izquierdo que es secuencial, obedece al orden.

Sin embargo hay que señalar que el pensamiento complejo y el conocimiento que surge de él, suele alimentarse tanto del hemisferio derecho creador, hologramático, recursivo como del hemisferio izquierdo que separa, aisla los elementos para estudiarlos de manera individual, se guía por leyes, enunciados, principios, formulas y sigue patrones bien establecidos; pues es un conocimiento integrador.

COMPLEJO DEL AMOR

En la compleja textura del amor se entretejen los hilos más diversos que abarcan desde lo biológico, sexual a lo mitológico o imaginario, conformando una realidad humana, moldeados esto por la cultura.

Los componentes físicos que están conformados por los componentes biológicos y que no solo es el componente sexual implica el ser corporal, mientras que el componente mitológico y el componente imaginario son realidades humanas profundas, además a estos dos componentes se une la cultura que los modula.

El amor se arraiga en nuestro ser corporal al mismo tiempo se arraiga en nuestro ser mental, en nuestros mitos, lo que supone un lenguaje. El amor procede de la palabra y precede a la palabra, existiendo culturas donde no se habla de amor; es que allí no existe el amor, no es así, sino, que varía la forma de expresarlo.

Es digno destacar como la unión de lo mitológico y lo físico se opera en el rostro, en la mirada amorosa algo que se puede describir como magnético o eléctrico, fascinante que puede ser subyugador.

La boca no es solo para comer, la unión física es la fusión de dos alientos que es una fusión de las almas, el beso en la boca concentra y concreta el encuentro de las potencias biológicas, eróticas y mitológicas.

Con el nacimiento de un niño se puede evidenciar el tejido complejo del amor, nace en la separación, pero en sus primero años vive en la cálida unión con la madre. La unión, en la separación, la separación en la unión, de esa relación afeciva se metamorfean prolongándose en el adulto la intensidad de la afectividad infantil y juvenil expresándose en la mirada y por la boca.

Como todo lo que esta vivo y todo lo que es humano, el amor está sometido al segundo principio de la termodinámica, que es un principio de degradación y desintegración universal ya que los seres vivos viven su propia desintegración, combatiéndola mediante la regeneración.

Nuestras moléculas se degradan y mueren y son reemplazadas por otras, vivimos utilizando el proceso de nuestra descomposición para rejuvenecernos hasta el momento en que ya no podemos más, igual le ocurre al amor.

La autenticidad del amor no está sólo en proyectar nuestra verdad sobre el otro para finalmente no verlo más que a través de nuestros ojos, sino que está en dejarnos impregnar por la verdad del otro.

El amor es una dialógica entre la prosa que se esparce en la vida cotidiana y la poesía que le da savia a la vida diaria.

El amor es la unión entre la locura y la sabiduría. Alberoni explico que el amor es la regeneración permanente del amor naciente.

Participante:

Marlen González Díaz

C.I. 7.277.715

Sección “C”

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