jueves, 2 de julio de 2009

EL PLAGIO COMO PRÁCTICA CASTRADORA

Prof. Alberto J. Rojas G.

Al hablar de un tema en particular como el plagio es conveniente puntualizar desde donde observo el tópico en cuestión y como lo defino. En este caso, pienso expresar mis ideas sobre el plagio desde dos perspectivas: mi experiencia como docente universitario cuyo trabajo principal es asesorar trabajos de grado en el Area de Odontología - UNERG y como participante del Doctorado en Ciencias de la Educación de esta misma Casa de Estudios Superiores.

¿Cómo defino el Plagio?

El plagio lo visualizo no sólo como una actividad cuyo principal propósito es utilizar o apropiarse de las ideas o producción intelectual de otras personas sin el consentimiento expreso de estas; sino, esencialmente como el hecho de negarse la posibilidad de desarrollar procesos cognitivos de orden superior que potencien la producción intelectual dirigida a impactar el mundo de la vida y de las ideas en lo personal, local o internacional.

¿Cómo se ha desarrollado la práctica del Plagio?

El proceso educativo venezolano se caracteriza por ser aburrido, repetitivo, reproductor, centrado en el docente cuya actividad única para generar conocimiento se fundamenta en la enseñanza. El estudiante juega un rol pasivo tratando de complacer al docente y sus calificaciones dependen de que tanto se parecen a lo señalado por el docente. El docente recrea en el mejor de los casos procesos rígidos y dispersos de adiestramiento técnico cuyo rasgo principal es la superficialidad y la ausencia de conexión con la realidad del estudiante.

Esta forma de educar va castrando intelectualmente al estudiante hasta afectar su estima y convencerle de que es incapaz de producir ideas intelectualmente interesantes, innovadoras y de impacto social. Las ideas de los demás llegan a ser mucho más importantes que el propio pensamiento y el deseo de complacer así como la esperanza de ser aceptado y considerado “inteligente” impulsa a algunas personas a negarse la posibilidad de generar procesos cognitivos tendentes a desarrollar un ciudadano crítico, autónomo y consciente del papel que desempeña en la sociedad donde se desenvuelve.

¿Cómo se evita la práctica del Plagio?

Para evitar el plagio es imperativo un sistema educativo que tenga como objetivo fundamental formar ciudadanos críticos y conscientes que centren el proceso educativo en situaciones de aprendizaje que giren alrededor de los intereses del participante generando progresivamente herramientas cognitivas que permitan trascender la experiencia ingenua para avanzar a la producción intelectual crítica o epistemológica desde una visión ética y estética del mundo de la vida.

Esta perspectiva necesita un facilitador de aprendizaje respetuoso de sus semejantes y de sus ideas, dispuesto a construir saberes con los participantes o educandos, que posea la aptitud de líder responsable para a través del ejemplo transmitir valores y animar hacia la transformación creativa de la realidad y a la producción intelectual consciente y responsable.

El participante productivo asume una postura insumisa, crítica, respetuosa de sí mismo y problematizadora la cual desde la perspectiva de Foucault consiste en “ver lo visible” que por visible se vuelve invisible. La problematización implica la visión integral y multidimensional creando nuevas relaciones e interconexiones sistémicas, organizando los datos, información y hallazgos para darle contexto y así generar conocimiento crítico, novedoso, propio asumiendo los riesgos que esto implica y estando siempre dispuesto al cambio si ello es necesario.

El proceso educativo para la transformación es abierto, contextualizado, problematizador y problematizado; posee rigor metódico, invita constantemente a la reflexión, rechaza la discriminación y la visión superficial; asimismo, fomenta la creación como estrategia de consolidación de procesos cognitivos de orden superior.


Publicado por: Prof. Alberto J. Rojas G.

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