sábado, 15 de agosto de 2009

REFLEXIONES FILOSÒFICAS

República Bolivariana de Venezuela
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales
“Rómulo Gallegos”
Decanato de Postgrado
Doctorado en Ciencias de la Educación


REFLEXIONES FILOSÒFICAS EN TORNO A LAS COMPETENCIAS EN INVESTIGACION EDUCATIVA
Por:
RAFAELA CHACIN

La educación como instrumento generador de formación y progreso de las personas y los pueblos respectivamente, es una acción que debe ser pensada, diseñada, realizada y evaluada de forma permanente, dicho proceso debe responder a las necesidades y a los intereses de la sociedad.
En esta línea argumental, las competencias se proyectan como un enfoque pedagógico y didáctico para mejorar la calidad de la educación, los procesos de capacitación para el trabajo y la formación de investigadores en las diversas instituciones educativas. A través de ellas, se busca trascender el énfasis de la educación tradicional en la memorización de conocimientos descontextualizados de las demandas del entorno, en tanto se basan en el análisis y resolución de problemas con sentido para las personas con flexibilidad, autonomía y creatividad.
Sin embargo, a pesar de los aportes del enfoque de las competencias y de los desarrollos conceptuales y metodológicos que se han dado en esta área en los últimos años, actualmente hay una serie de vacíos en este enfoque que dificultan de forma significativa su empleo en la investigación educativa, tales vacíos, se deben en gran medida a una falta de claridad epistemológica en dicha propuesta y al seguimiento con frecuencia de una lógica simple en la conceptualización y aplicación.
Por otra parte, la formación de investigadores desde la competencias tienen el peligro de convertirse en un nuevo factor de exclusión social, por cuanto su desarrollo requiere de docentes motivados, recursos institucionales apropiados, posibilidad de acceso a la tecnología, contacto con diversas manifestaciones culturales y un cálido ambiente familiar, condiciones difíciles de tener en Venezuela, donde hay una gran cantidad de personas viviendo en la pobreza, los docentes son mal remunerados y el Estado cada vez reduce más sus aportes al sistema educativo.
Por lo tanto, la investigación educativa con base en competencias tiene actualmente como principal escollo el pensamiento simple que está en su trasfondo y que no le permite autocuestionarse frente a los intereses implícitos y reduccionistas. Es por ello necesario recontextualizar el concepto de competencias en investigación educativa, buscando integrar en él nuevas posiciones que favorezcan la formación humana integral, donde a la par de los desafíos de la productividad y la competitividad, se entretejan los desafíos de la construcción de una autorrealización personal y la formación de una sociedad que favorezca la convivencia desde la ética ciudadana.
Habida cuenta de lo anterior, es significativo destacar que toda persona tiene fuerzas constructivas en su personalidad las cuales necesita operar, para ello es importante propiciar las condiciones con una tendencia inherente al desarrollo y a la actualización. En este sentido, la formación de investigadores desde el enfoque de competencias, es un campo hasta el momento inexplorado por los investigadores educativos. Los estudios realizados comprenden aspectos de política educativa o se orientan al análisis curricular y a la definición de perfiles, se enfocan en analizar el impacto de las políticas de ciencia y tecnología en la formación de investigadores o enfatizan en carencias del currículum de postgrado para formar investigadores, en relación con las exigencias del desarrollo nacional.
El proceso de Investigación no es sólo un hecho METODOLÓGICO, sino que puede ser analizado desde múltiples perspectivas, debido a que es un proceso de naturaleza compleja, en el que intervienen múltiples factores de muy variada naturaleza. En principio, la Investigación es un hecho SOCIAL, que se debe a las necesidades de desarrollo de las comunidades y que tiene éxito real en la medida en que sus resultados se asimilen al progreso de la Sociedad y a sus metas de crecimiento. La Investigación comienza y termina en las áreas de demanda de conocimientos y tecnologías ubicadas en el entorno. Más allá de eso, la Investigación es también un hecho Cognitivo, Organizacional, Discursivo, Psicológico-Social, Problemático-Lógico, Psico-Emocional y Económico Y así, el hecho Investigativo tiene muchas facetas adicionales al punto de vista Metodológico y Epistemológico (que ha sido, hasta ahora, el punto de vista exclusivo en nuestros diseños curriculares, o sea, en los procesos formales de formación de investigadores).
La eficiencia de un investigador está supeditada a unas competencias pertinentes y bien delimitadas en función del área disciplinar en que se desenvuelve. Sobre este particular, existe en la literatura especializada muchos referentes que dejan al descubierto un sin fin de roles, habilidades y funciones para el investigador. No obstante, en el continente y territorio de las competencias investigativas en el campo educativo existe una marcada incertidumbre. Y es que las competencias constituyen un concepto central en el discurso actual de la política de aseguramiento de la calidad de la educación en Venezuela, sin embargo, no deja de tener algunos puntos críticos y problemáticos en la forma como se está empleando este concepto en el marco de diferentes áreas disciplinares:
Las competencias se vienen implementando con un alto grado de publicidad sobre sus beneficios respecto al mejoramiento de la calidad, pero una escasa mirada reflexiva y critica entorno a los intereses que están en su trasfondo (Barrantes, 2001; Bacarat y Graziano 2002). En este sentido casi nadie se pregunta por qué el concepto ahora es central para introducirlo en educación y antes no lo era, y qué relación tiene esto con la emergencia del modelo neoliberal y la internacionalización de la economía.
Se plantea que el concepto proviene de la lingüística y en ésta medida se le ha pretendido dar un estatus académico para validarlo en el uso del discurso universitario. Sin embargo, no se explica como un concepto sacado de la lingüística puede ser el objeto de evaluación y de formación de los aprendizajes en diversas disciplinas, cuando en la lingüística el concepto se refiere al proceso comunicativo y no a la resolución de problemas conceptuales. Además no hay estudios ni análisis sobre la aplicación del concepto en el campo de la Investigación Educativa.
Debido a estos factores, las competencias constituyen un concepto del discurso de la calidad de la educación, que carece en gran medida de reflexión pedagógica, conceptual, epistemológica y filosófica al ser contextualizado en el campo de la investigación educativa, motivo por el cual este concepto puede recontextualizarse a diferentes intenciones comunicativas y propósitos disciplinares.
La construcción de competencias investigativas como elemento en la formación del investigador apenas se está logrando y dando sus primeros frutos; la novedad de estos estudios radica en pensar dicha formación y revisar los procesos llevados a cabo hasta el momento desde la visión de todos los actores implicados en el fenómeno educativo, es decir, es hablar de las competencias investigativas y su formación desde y con el ámbito universitario, en una postura que se debe asumir en el futuro inmediato si se quiere pensar en construcción colectiva.

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