sábado, 15 de agosto de 2009
El Plagio
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
El Plagio
INTEGRANTE:
LUZ A. DÍAZ DELGADO C.I. N° 2.514.145
SECCIÓN “C”
FACILITADORA:
DRA. SUSANA GÓMEZ DE LEAL
SAN JUAN DE LOS MORROS, JULIO 2009
El Plagio
Según el Diccionario Enciclopédico Guillet, la palabra plagio significa: “Delito que consiste en publicar como propias, obras ajenas o fragmentos de ellas.”
En esta época el plagio es un delito que se comete frecuentemente e incurren en ello gran parte de estudiantes, investigadores, profesionales de todas las ramas de la ciencia. Sucede al utilizar las técnicas de la información y la comunicación (TIC) para conseguir información y presentar como propias las ideas, opiniones, experiencias de otras personas, quienes han invertido en ellas esfuerzo, tiempo, dedicación. Es un acto de deshonestidad, de falta de ética, se considera un robo descarado.
El plagio se hace por la facilidad que existe de poder accesar a mucha información actualizada, utilizando el internet como elemento de consulta. Se realiza por: la falta de tiempo para investigar, las exigencias de los estudios o del trabajo, por comodidad, por saturación de trabajos, entre otros motivos.
El delito del plagio se comete cuando se oculta el origen de la información, de la fuente de donde se obtuvo, el no darle el crédito reconociendo el mérito de quien logró la información de origen.
El plagio no es nuevo, ha existido desde muchos años atrás. Tuve la desagradable experiencia de vivirla hace unos cuantos años cuando trabajaba en una prestigiosa institución, dictando cursos a grupos de instructores, técnicos, estudiantes, amas de casa, por todo el país donde los solicitaban. Preparaba mi material, lo cual consistía en varios manuales sencillos con el contenido del curso elaborados por mí, ya que en la institución no existían; además le iba incorporando todas las experiencias que iba adquiriendo, las que se lograban en cada región donde iba. Se los entregaba a los participantes para que les sacaran copia. Por supuesto estaba mi nombre como autora.
Años después, me llama una amiga Directora de otra institución para mostrarme un material que había editado el Ministerio y le enviaron desde en Caracas relacionada con estos cursos, para que yo los revisara por si me interesaban. Mayor sorpresa cuando al abrir uno de los manuales era la copia textual de todo el contenido de mis manuales. Pero al revisar para ver si era una recopilación o algo por el estilo, observé que solamente le habían cambiado la primera hoja y como autora, aparecía una de mis participantes del curso de una de las ciudades donde yo había estado. No le dije nada a la amiga sólo le dije que esperara un momento y fui a traerle mi manual y se lo mostré. Ella lo comparó y observó el plagio de mi trabajo. Ambas conocíamos a la persona. Ni siquiera había colocado una bibliografía donde apareciera mi nombre. Me dijo que enviara al Ministerio y a la persona una comunicación con el reclamo o la denuncia, pero consideré que ya no valía la pena, además nunca solicité derechos de autor, ni nada por el estilo.
La sensación que sentí fue muy desagradable, de decepción, de tristeza, de impotencia al saber que nada se podía hacer. Que había sido muy ingenua pues ni siquiera los vendí, sólo los prestaba para que los copiaran. Le había facilitado el trabajo. Por otra parte me quedó la satisfacción que mi producción era tan valiosa que sirvió como material de trabajo editado por un Ministerio para repartirlo en todo el país. Sólo que otra persona se había llevado la gloria.
Elaborado por:
Luz A. Díaz Delgado.
Doctorado en Ciencias de la Educación
Sección “C” UNERG.
REFLEXIONES FILOSÒFICAS
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales
“Rómulo Gallegos”
Decanato de Postgrado
Doctorado en Ciencias de la Educación
REFLEXIONES FILOSÒFICAS EN TORNO A LAS COMPETENCIAS EN INVESTIGACION EDUCATIVA
Por:
RAFAELA CHACIN
La educación como instrumento generador de formación y progreso de las personas y los pueblos respectivamente, es una acción que debe ser pensada, diseñada, realizada y evaluada de forma permanente, dicho proceso debe responder a las necesidades y a los intereses de la sociedad.
En esta línea argumental, las competencias se proyectan como un enfoque pedagógico y didáctico para mejorar la calidad de la educación, los procesos de capacitación para el trabajo y la formación de investigadores en las diversas instituciones educativas. A través de ellas, se busca trascender el énfasis de la educación tradicional en la memorización de conocimientos descontextualizados de las demandas del entorno, en tanto se basan en el análisis y resolución de problemas con sentido para las personas con flexibilidad, autonomía y creatividad.
Sin embargo, a pesar de los aportes del enfoque de las competencias y de los desarrollos conceptuales y metodológicos que se han dado en esta área en los últimos años, actualmente hay una serie de vacíos en este enfoque que dificultan de forma significativa su empleo en la investigación educativa, tales vacíos, se deben en gran medida a una falta de claridad epistemológica en dicha propuesta y al seguimiento con frecuencia de una lógica simple en la conceptualización y aplicación.
Por otra parte, la formación de investigadores desde la competencias tienen el peligro de convertirse en un nuevo factor de exclusión social, por cuanto su desarrollo requiere de docentes motivados, recursos institucionales apropiados, posibilidad de acceso a la tecnología, contacto con diversas manifestaciones culturales y un cálido ambiente familiar, condiciones difíciles de tener en Venezuela, donde hay una gran cantidad de personas viviendo en la pobreza, los docentes son mal remunerados y el Estado cada vez reduce más sus aportes al sistema educativo.
Por lo tanto, la investigación educativa con base en competencias tiene actualmente como principal escollo el pensamiento simple que está en su trasfondo y que no le permite autocuestionarse frente a los intereses implícitos y reduccionistas. Es por ello necesario recontextualizar el concepto de competencias en investigación educativa, buscando integrar en él nuevas posiciones que favorezcan la formación humana integral, donde a la par de los desafíos de la productividad y la competitividad, se entretejan los desafíos de la construcción de una autorrealización personal y la formación de una sociedad que favorezca la convivencia desde la ética ciudadana.
Habida cuenta de lo anterior, es significativo destacar que toda persona tiene fuerzas constructivas en su personalidad las cuales necesita operar, para ello es importante propiciar las condiciones con una tendencia inherente al desarrollo y a la actualización. En este sentido, la formación de investigadores desde el enfoque de competencias, es un campo hasta el momento inexplorado por los investigadores educativos. Los estudios realizados comprenden aspectos de política educativa o se orientan al análisis curricular y a la definición de perfiles, se enfocan en analizar el impacto de las políticas de ciencia y tecnología en la formación de investigadores o enfatizan en carencias del currículum de postgrado para formar investigadores, en relación con las exigencias del desarrollo nacional.
El proceso de Investigación no es sólo un hecho METODOLÓGICO, sino que puede ser analizado desde múltiples perspectivas, debido a que es un proceso de naturaleza compleja, en el que intervienen múltiples factores de muy variada naturaleza. En principio, la Investigación es un hecho SOCIAL, que se debe a las necesidades de desarrollo de las comunidades y que tiene éxito real en la medida en que sus resultados se asimilen al progreso de la Sociedad y a sus metas de crecimiento. La Investigación comienza y termina en las áreas de demanda de conocimientos y tecnologías ubicadas en el entorno. Más allá de eso, la Investigación es también un hecho Cognitivo, Organizacional, Discursivo, Psicológico-Social, Problemático-Lógico, Psico-Emocional y Económico Y así, el hecho Investigativo tiene muchas facetas adicionales al punto de vista Metodológico y Epistemológico (que ha sido, hasta ahora, el punto de vista exclusivo en nuestros diseños curriculares, o sea, en los procesos formales de formación de investigadores).
La eficiencia de un investigador está supeditada a unas competencias pertinentes y bien delimitadas en función del área disciplinar en que se desenvuelve. Sobre este particular, existe en la literatura especializada muchos referentes que dejan al descubierto un sin fin de roles, habilidades y funciones para el investigador. No obstante, en el continente y territorio de las competencias investigativas en el campo educativo existe una marcada incertidumbre. Y es que las competencias constituyen un concepto central en el discurso actual de la política de aseguramiento de la calidad de la educación en Venezuela, sin embargo, no deja de tener algunos puntos críticos y problemáticos en la forma como se está empleando este concepto en el marco de diferentes áreas disciplinares:
Las competencias se vienen implementando con un alto grado de publicidad sobre sus beneficios respecto al mejoramiento de la calidad, pero una escasa mirada reflexiva y critica entorno a los intereses que están en su trasfondo (Barrantes, 2001; Bacarat y Graziano 2002). En este sentido casi nadie se pregunta por qué el concepto ahora es central para introducirlo en educación y antes no lo era, y qué relación tiene esto con la emergencia del modelo neoliberal y la internacionalización de la economía.
Se plantea que el concepto proviene de la lingüística y en ésta medida se le ha pretendido dar un estatus académico para validarlo en el uso del discurso universitario. Sin embargo, no se explica como un concepto sacado de la lingüística puede ser el objeto de evaluación y de formación de los aprendizajes en diversas disciplinas, cuando en la lingüística el concepto se refiere al proceso comunicativo y no a la resolución de problemas conceptuales. Además no hay estudios ni análisis sobre la aplicación del concepto en el campo de la Investigación Educativa.
Debido a estos factores, las competencias constituyen un concepto del discurso de la calidad de la educación, que carece en gran medida de reflexión pedagógica, conceptual, epistemológica y filosófica al ser contextualizado en el campo de la investigación educativa, motivo por el cual este concepto puede recontextualizarse a diferentes intenciones comunicativas y propósitos disciplinares.
La construcción de competencias investigativas como elemento en la formación del investigador apenas se está logrando y dando sus primeros frutos; la novedad de estos estudios radica en pensar dicha formación y revisar los procesos llevados a cabo hasta el momento desde la visión de todos los actores implicados en el fenómeno educativo, es decir, es hablar de las competencias investigativas y su formación desde y con el ámbito universitario, en una postura que se debe asumir en el futuro inmediato si se quiere pensar en construcción colectiva.
REFLEXIONES ACERCA DE LA PRODUCCION INTELECTUAL EN EL AMBITO ACADEMICO Y EL FLAJELO DEL PLAGIO
Por: Rafaela Chacín Sección C
El plagio ha sido objeto de innumerables controversias en el mundo científico, académico y literario. No obstante, se perfila como un denominador común el repudio generalizado hacia esta práctica. Asumiendo como plagio la apropiación, presentación y utilización de material intelectual ajeno, sin el debido reconocimiento de su fuente original, se impone asumir que en consecuencia, se trata de un acto fraudulento por cuanto se presume intencionalidad al hacer aparecer un determinado conocimiento como producto propio; y de desconocer la participación de otros en su generación, aplicación o en su perfeccionamiento.
Dentro del mundo de la producción intelectual y literaria, no hay un delito más repudiado (y sancionado) que el plagio. El plagio es la reproducción y apropiación de las ideas de un autor, sin el consentimiento del mismo. En español: plagiar es copiar, robar, estafar, secuestrar. Al respecto, el diccionario de RAE define plagiar como “copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.”(p.125)
Sin embargo, desde una perspectiva compleja del fenómeno, es importante detenerse a analizar otras dimensiones claves en el asunto. Una de ellas en el momento histórico. En la actualidad la tecnología electrónica está facilitando la interactividad de personas y de saberes. La información está al alcance de todos de manera inmediata y a más bajo costo que cuando se distribuía a través de los libros u otros formatos similares. La cultura del libro, impuso toda una hegemonía en la que se rendía culto a la producción individual del conocimiento, mediante la figura del autor, del especialista, deidificandose de esta manera los llamados expertos o autoridades. Nuestros días parecen reclamar otra óptica, sin perder el sentido ético de la producción intelectual. Urge un replanteamiento del plagio sobre la base de que todo escrito evoca otro, tal y como lo expresa Vélez (sf.) en su trabajo sobre intertextualidad, se yergue sobre los ecos de sus antecedentes: no hay nada nuevo bajo el sol. Gérard Genette utiliza el término trascendencia textual —o transtextualidad— para caracterizar esta condición del texto y se convierte así en el primer teórico que da cuenta de lo que podríamos llamar el fenómeno de las recombinaciones textuales, que es en realidad, la manera como se origina toda escritura. Admitamos pues que la escritura es un proceso que no depende tanto de la voluntad creativa del escritor como de los diversos canales de influencia de los que se vale quien escribe, y que, en consecuencia, todo texto no es sino un mosaico de citas, absorción y transformación de otro(s) texto(s).
Lo anterior constituye la esencia de lo que se ha llamado la intertextualidad, la construcción colectiva del conocimiento, en la que los roles de escritor y de lector se confunden, se implican, se apoyan, para dar paso a una producción intelectual más honesta y socialmente aceptable que el plagio o robo de las ideas. Lo importante de la información no es la deificación de los genios y autores que la “producen”, sino comprender —como manifiesta el grupo neoyorkino Critical Art Ensemble— que la información es más útil, cuando interactúa con otra información.
Ahora bien, independientemente de la resignificación del concepto de plagio o de las connotaciones éticas que en ello estén implícitas, lo verdaderamente interesante del asunto es revisar y reflexionar sobre lo que significa el plagio desde la perspectiva del aprendizaje profundo, en vez de lanzar una cacería de brujas o de actuar como policías represores de una práctica rechazada pero en la que no muy pocos dejan de incursionar. Por ello. Es imperioso considerar tres aspectos claves:
1. Mediante el plagio, en especial cuando se trata de trabajos de grado, el estudiante revela que no puede investigar por si solo, que no quiere investigar o que no le interesa investigar. Ello involucra una actitud que requiere atención e intervención por parte del docente, asesor o tutor.
2. El plagio también nos deja ver que algo no está bien en la relación profesor-estudiante.
3. El plagio es, en esencia un acto de infidelidad hacia la investigación. Los que plagian no están amando el proceso de investigación, le están siendo infieles. Más allá de ser una falta de respeto para el profesor, es una profanación a la producción intelectual.
En todo caso, aún cuando se consideren espacios o escenarios para debatir las connotaciones del plagio en la era del ciberespacio, no hay que perder de vista que es la Universidad la institución paradigmática encargada de la generación, desarrollo y transmisión del conocimiento y es también, junto a la sociedad toda destinataria del mismo, responsable de cautelar su integridad, de satisfacer sus propósitos y de que se otorgue justo reconocimiento a sus legítimos agentes. Así, le corresponde vigilar que se cumpla su sentido y no se permita desviaciones en la producción, desarrollo y logros del conocimiento. Es, igualmente, de especial relevancia la responsabilidad institucional en la formación moral de sus egresados, en cuanto a la honestidad en sus conductas, por cuanto se plasma en éstos la credibilidad y prestigio de la Universidad y de las personas que en ella trabajan o se educan. Del mismo modo, le corresponde la prevención y, cuando sea posible, la sanción y la reparación moral del daño inferido a la persona plagiada y a la sociedad, en su conjunto.
Bucle Recursivo Tetracognitivo
Artículo Elaborado para ser publicado en el Blog Doctorado UNERG
BUCLE RECURSIVO TETRACOGNITIVO
Partiendo del pensamiento de Morin donde plantea: “El conocimiento es solo conocimiento en tanto es organización, relación y contextualización de la información” (p.16)
El bucle tetralógico surge de las interacciones del desorden, de las desigualdades, de las turbulencias que provocan encuentros que constituyen nuestro mundo fenoménico; como se señaló anteriormente que el conocimiento requiere organización, la organización necesita principios de orden que intervengan a través de las interacciones que la constituyen.
Ahora bien cuanto mas se desarrolla la organización y el orden, mas complejo se vuelve, es aquí donde cobran valor los términos orden, organización, desorden, interacciones, donde se desarrollan y fortalecen todos estos elementos entre sí; razón por cual es preciso concebirlos en conjunto, es decir, como términos a la vez complementarios, concurrentes y antagónicas.
Después de pasearnos por todo este entramado logramos comprender que todo esto es un proceso de aprendizaje, que se desarrolla en el hemisferio derecho, al que corresponde la creatividad, la creación, lo abstracto. Mientras que el conocimiento marcado por el positivismo es dominado por el hemisferio izquierdo que es secuencial, obedece al orden.
Sin embargo hay que señalar que el pensamiento complejo y el conocimiento que surge de él, suele alimentarse tanto del hemisferio derecho creador, hologramático, recursivo como del hemisferio izquierdo que separa, aisla los elementos para estudiarlos de manera individual, se guía por leyes, enunciados, principios, formulas y sigue patrones bien establecidos; pues es un conocimiento integrador.
COMPLEJO DEL AMOR
En la compleja textura del amor se entretejen los hilos más diversos que abarcan desde lo biológico, sexual a lo mitológico o imaginario, conformando una realidad humana, moldeados esto por la cultura.
Los componentes físicos que están conformados por los componentes biológicos y que no solo es el componente sexual implica el ser corporal, mientras que el componente mitológico y el componente imaginario son realidades humanas profundas, además a estos dos componentes se une la cultura que los modula.
El amor se arraiga en nuestro ser corporal al mismo tiempo se arraiga en nuestro ser mental, en nuestros mitos, lo que supone un lenguaje. El amor procede de la palabra y precede a la palabra, existiendo culturas donde no se habla de amor; es que allí no existe el amor, no es así, sino, que varía la forma de expresarlo.
Es digno destacar como la unión de lo mitológico y lo físico se opera en el rostro, en la mirada amorosa algo que se puede describir como magnético o eléctrico, fascinante que puede ser subyugador.
La boca no es solo para comer, la unión física es la fusión de dos alientos que es una fusión de las almas, el beso en la boca concentra y concreta el encuentro de las potencias biológicas, eróticas y mitológicas.
Con el nacimiento de un niño se puede evidenciar el tejido complejo del amor, nace en la separación, pero en sus primero años vive en la cálida unión con la madre. La unión, en la separación, la separación en la unión, de esa relación afeciva se metamorfean prolongándose en el adulto la intensidad de la afectividad infantil y juvenil expresándose en la mirada y por la boca.
Como todo lo que esta vivo y todo lo que es humano, el amor está sometido al segundo principio de la termodinámica, que es un principio de degradación y desintegración universal ya que los seres vivos viven su propia desintegración, combatiéndola mediante la regeneración.
Nuestras moléculas se degradan y mueren y son reemplazadas por otras, vivimos utilizando el proceso de nuestra descomposición para rejuvenecernos hasta el momento en que ya no podemos más, igual le ocurre al amor.
La autenticidad del amor no está sólo en proyectar nuestra verdad sobre el otro para finalmente no verlo más que a través de nuestros ojos, sino que está en dejarnos impregnar por la verdad del otro.
El amor es una dialógica entre la prosa que se esparce en la vida cotidiana y la poesía que le da savia a la vida diaria.
El amor es la unión entre la locura y la sabiduría. Alberoni explico que el amor es la regeneración permanente del amor naciente.
Participante:
Marlen González Díaz
C.I. 7.277.715
Sección “C”